Estudios comprueban que las redes sociales influyen en nuestra manera de alimentarnos

La universidad de Aston comprueba que los usuarios tienden a transformar sus hábitos alimenticios en relación con lo que comen los usuarios a los que siguen

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El País (2020) expresa: “Un estudio de la Universidad de Aston (Birmingham) encuentra que los usuarios de redes sociales modifican su dieta dependiendo de lo que coman las personas a las que siguen, (...). Encontró que los participantes del estudio comieron más fruta y verduras si pensaban que las personas a las que siguen también se tomaban las cinco porciones recomendadas. Más concretamente en Facebook, se vio que los usuarios consumían un tercio más de comida basura o bebidas azucaradas si creían que la gente a su alrededor lo hacía. Para llegar a esta conclusión, se le pidió a los participantes que estimaran la cantidad de comida basura que comían las personas a las que siguen basándose en sus publicaciones. Esta información se cruzó con los hábitos reales de consumo de los participantes y mostró que aquellos que sentían que su círculo social aprobaba la comida basura consumieron más”.

Hoy en día está de “moda” mostrar lo que comemos en nuestras redes sociales. A su vez estamos sumergidos en videos, posteos e historias de recetas o de personas consumiendo alimentos tanto sanos como chatarra. Gracias a esta tendencia se ponen de moda diferentes preparaciones como el chía pudding, los jugos verdes, la pasta feta, reto de la hamburguesa más alta, entre otras. Como consecuencia se logra que otros usuarios comiencen a consumirlos, sin siquiera saber qué es lo que realmente están ingiriendo. El algoritmo de cada usuario va a ser el encargado de encuadrar la información que crea necesaria para cada uno. Encontramos allí, por un lado, aquellos que desean llevar una vida más “sana” por lo que le aparecerán posteos, publicidades y videos sobre recetas saludables, jugos detox, tortas con ingredientes light o bajos en calorías. Por el otro, nos encontramos con aquellos que se mueven en un ámbito en el que comer comida chatarra es aceptado, por lo que su algoritmo les mostrará aquellos trends de comida insalubre, la maratón de alfajores o de quien puede comer la hamburguesa más grande.

La Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh llevó a cabo otra investigación en la que encontró una tendencia preocupante. “Los participantes que pasaban más tiempo en las redes sociales decían tener problemas con su imagen corporal y sus hábitos alimenticios más a menudo que quienes utilizaban menos las redes. Esto coincide con la información obtenida de otros estudios que indican que mirar imágenes y vídeos de comida pueden provocar respuestas psicológicas y comportamentales que lleven a conductas problemáticas, hábitos alimentarios insanos y problemas de peso”. Como usuarios estamos constantemente consumiendo información que alimenta a los estereotipos de belleza. Comentarios tales como “cuerpos ideales”, “dieta para perder 10 kilos en 3 días”, “jugos verdes que ayudan a perder peso”.

Si bien podemos pensar que no les damos importancia, inconscientemente esa información va causando que los usuarios comiencen a tener distorsiones corporales, conductas problemáticas, hábitos alimentarios insanos y problemas de peso; contribuyendo una vez más a alimentar a los estereotipos de belleza propuestos por los medios de comunicación. 

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